En 2007, mientras el padre Methodius y su esposa Everlyn almorzaban en su casa, observaron a tres niños que comían restos de comida cerca. Sintiéndose mal por ellos, los invitaron a almorzar con ellos. En ese almuerzo nació una tradición en la que estos niños comenzaron a venir a su casa todos los días a almorzar.

El padre Metodio decidió contratar a una mujer joven para que se quedara con estos niños y alquiló algunas habitaciones donde pudieran pasar el día y jugar al aire libre. Poco después, el padre Metodio y su esposa se enteraron de otros niños necesitados y huérfanos que vivían en la zona. Luego comenzaron a acoger a más y más niños a medida que ganaban el apoyo de la Iglesia y otros simpatizantes.

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Muchas de las personas de su pueblo nunca habían oído hablar de la fe ortodoxa, por lo que comenzaron a ofrecer clases de catequesis a los niños. Desde 2007, más de 400 niños han recibido servicios de la misión de San Bernabé. Hoy la misión de San Bernabé cuenta con 13 voluntarios que están brindando atención a 175 niños. Hasta la fecha, 34 de estos niños han abrazado la fe ortodoxa y han sido bautizados en la misión.

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